Proponen alternativa terapéutica para atender la fibromialgia
Grupo de investigación. Alberto Hernández León, María Eva González Trujano y José Alonso Fernández Guasti
Diana Navarro tenía 25 años cuando fue diagnosticada con fibromialgia; previo a ello, al presentar dolores intensos y síntomas difíciles de explicar, algunos médicos creían que la joven inventaba su condición, según explica en un testimonial de la Fundación Mexicana para la Fibromialgia.
Como Diana, se calcula que a nivel mundial tres de cada 100 personas padecen esta rara enfermedad, pero en México el porcentaje casi se duplica, al alcanzar 4.8 por ciento de su población, principalmente mujeres (ocho de cada 10 pacientes), sin contar aquellos casos sin diagnóstico. Los tratamientos para atender la afección se centran en analgésicos y antidepresivos, pues las personas pueden presentar cuadros de depresión y ansiedad, además del dolor crónico.
El interés en la terapéutica de la fibromialgia llevó a investigadoras e investigadores del Cinvestav y del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (NPRFM) a analizar, a partir de productos de origen natural, nuevas alternativas en el tratamiento de la enfermedad con resultados prometedores.
El estudio realizado en el laboratorio de José Alonso Fernández Guasti, investigador del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, se centró en un flavonoide (glicósido de quercetina) obtenido de plantas medicinales actualmente utilizado como antiinflamatorio para el tratamiento de la colitis. No obstante, de este glicósido no se tenía conocimiento de su potencial analgésico para el dolor denominado nociplástico.
“Se hicieron estudios donde se colocó el flavonoide dentro del cerebro, así pudimos observar que no solo juega un papel analgésico, sino también antioxidante y neuroprotector”, comentó María Eva González Trujano quien, junto con Alberto Hernandez León, ambos graduados del Cinvestav e investigadores del INPRFM, formaron parte de la investigación.
Al observar esas características del flavonoide, la y los investigadores decidieron combinarlo con un antidepresivo comercial, llamado fluoxetina, debido a que la depresión se considera una comorbilidad de la fibromialgia, pues al no tener un tratamiento eficaz contra el dolor, los pacientes se deprimen y pueden llegar al suicidio.
La sinergia obtenida con el flavonoide y el antidepresivo tuvo un efecto potencializado de las propiedades de cada fármaco en el modelo animal; es decir, al tiempo que se presentaba menos nocicepción (dolor), las conductas depresivas disminuyeron, incluso pese a administrar menor cantidad de los fármacos. Estos hallazgos invitan a pensar que la combinación de estos compuestos puede resultar atractiva para el tratamiento de la fibromialgia, sin los efectos adversos de los fármacos, como náuseas, insomnio o debilidad, entre otros.
De acuerdo con González Trujano el estudio se realizó en un modelo animal en el que se redujeron las concentraciones de monoaminas, sustancias endógenas encargadas de regular el dolor, y después se les aplicó la combinación de los compuestos para analizar dos aspectos: la alodinia (estímulo que antes no era doloroso y ahora lo es) y la hiperalgesia (incremento de la percepción de un estímulo doloroso ya existente), y en cada uno de ellos se demostró la eficacia del tratamiento.
Los resultados solo se comprobaron en el modelo animal (roedores), por lo que el grupo de investigación decidió solicitar una patente nacional a fin de proteger el desarrollo, previo a su escalamiento y a poder realizar un protocolo con pacientes.
De hecho, este nuevo tratamiento para la fibromialgia fue reconocido recientemente con el Premio IMPI a la Innovación Mexicana, en la categoría Patente, debido a los resultados alcanzados y a su orientación en beneficio de un sector de la población nacional afectada por la enfermedad.